DECISIONES DE REEMPLAZO Y LA DEPRECIACIÓN

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Para pasar a un ejemplo más complicado de decisión de reemplazo que involucra impuestos, supongamos que estamos considerando la compra de una nueva máquina para reemplazar una vieja, y que necesitamos obtener información del flujo de efectivo a fin de evaluar el atractivo de este proyecto. El precio de compra de la nueva máquina es $18500 y se necesitarán $1 500 adicionales para instalarla, lo que sube el costo total a $20 000. Podemos vender la vieja máquina en $2 000, que es su valor depreciado en libros. La salida inicial de efectivo neto para el proyecto de inversión es, por tanto, de $18 000. La nueva máquina debe reducir los costos de mano de obra y mantenimiento y producir otros ahorros en efectivo que sumen $7 100 al año antes de impuestos para cada uno de los siguientes cinco años, después de lo cual probablemente no proporcione ningún ahorro ni tenga valor de rescate. Estos ahorros representan los ahorros netos para la organización si reemplaza la máquina vieja con la nueva. En otras palabras, lo que nos ocupa es la diferencia entre los flujos de efectivo resultantes de las dos alternativas: continuar con la máquina vieja o reemplazarla con una nueva.

Puesto que una máquina de este tipo tiene una vida útil en exceso de un año, no podemos cargar su costo contra los ingresos para propósitos de impuestos, sino que necesitamos depreciarla. Entonces deducimos la depreciación de los ingresos a fin de calcular el ingreso al que se le puede aplicar impuestos. De acuerdo con la legislación fiscal estadounidense en vigor cuando se escribió esta edición, los activos de capital caen en clases definidas de recuperación de costos de acuerdo con su naturaleza. Esas clases de propiedad tienen periodos, o vidas depreciables, de 3, 5, 7, 10, 15, 20,27 ^ ½ y 31^ 1/2 años. En breve daremos una descripción general de las clases. Por el momento, supongamos que la máquina que estamos contemplando cae dentro de la clase de propiedades de cinco años para propósitos de recuperación de costos (depreciación). Más adelante, en este capítulo, veremos la depreciación exacta que se puede deducir de acuerdo con las disposiciones fiscales existentes. En aras de una mayor sencillez, suponemos una depreciación en línea recta.

Como resultado, el cargo anual por depreciación es 20% del costo total de depreciación de $20 000, o sea $4 000 por año. Supongamos también que la tasa de impuestos de ingreso corporativos es 40%. Además, supongamos que la máquina vieja tiene una vida depreciable restante de cinco años y no se espera que tenga valor de rescate al final de ese tiempo, y también que la máquina está sujeta a una depreciación en línea recta. De manera que el cargo anual por depreciación sobre la vieja máquina es 20% de su valor depreciado en libros, que es de $2 000, o sea $400 por año. Puesto que estamos interesados en el impacto incremental del proyecto, debemos restar los cargos de depreciación de la vieja máquina de los cargos de depreciación de la nueva, a fin de obtener los cargos de depreciación incrementales asociados con el proyecto. Dada la información que se cita, ahora podemos calcular el flujo esperado neto de efectivo (después de impuestos) que resulta de la aceptación del proyecto.



Al buscar el flujo neto de efectivo, simplemente deducimos, de los ahorros anuales de efectivo, los gastos adicionales de efectivo para el pago de los impuestos federales sobre ingresos. El ingreso anual esperado neto de efectivo para esta propuesta de reemplazo es $5700 para cada uno de los cinco años siguientes; esta cifra se compara con el ingreso adicional después de impuestos de $2 100 al año. Las cifras de flujos de efectivo y de utilidades netas difieren por la cantidad de la depreciación adicional. Puesto que nuestra preocupación no se relaciona con el ingreso como tal, sino con los flujos de efectivo, estamos interesados en la columna a mano derecha. De manera que para un desembolso inicial de efectivo de $18 000, podemos reemplazar una máquina vieja con una nueva, de lo cual se espera que resulte en ahorros netos de efectivo de $5 700 al año durante los siguientes cinco años. Al igual que en el ejemplo anterior, la información relevante de flujos de efectivo para propósitos de presupuestación de capital se expresa con una base incremental después de impuestos.


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