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08 septiembre 2013

CIENCIA O ARTE DE LA ADMINISTRACIÓN

Administrar, como otras prácticas (llámese medicina, composición musical, ingeniería, contabilidad y hasta beisbol) es un arte, un saber práctico (el know-how). Consiste en hacer las cosas de acuerdo con las condiciones de una situación. Ahora bien, los administradores trabajan mejor si aprovechan los conocimientos administrativos organizados. Estos conocimientos son los que constituyen una ciencia. Así, la práctica de la administración es un arte; los conocimientos organizados que sustentan esa práctica pueden considerarse una ciencia. En este contexto, ciencia y arte no se excluyen mutuamente, sino que son complementarios.

Conforme avanza la ciencia, progresa el arte (técnica), como sucede en las ciencias físicas y biológicas. Sin duda, la ciencia en que se funda la administración es basta e imprecisa, lo que ocurre porque las muchas variables que manejan los administradores son extremadamente complejas. Sin embargo, también es cierto que los conocimientos administrativos la práctica de la administración. Los médicos, sin los beneficios de la ciencia, serían poco más que curanderos. Los directores ejecutivos que quieren administrar sin la ciencia de la administración deben confiar en la suerte, la intuición o lo que hicieron antes.

Para administrar, como en cualquier otro ámbito, si los profesionales tienen que aprender por ensayo y error (y se ha dicho que los errores de los administradores son las pruebas de sus subordinados), no pueden acudir a ninguna guía significativa aparte de los conocimientos acumulados en el ejercicio.

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