Por supuesto, el número de modelos económicos utilizados en la actualidad es muy elevado. Los supuestos específicos utilizados, y el grado de detalle ofrecido, varían en gran medida en función del problema que se requiere analizar. El tipo de modelos empleados para explicar el nivel general de actividad económica en Estados Unidos, pro ejemplo, debe ser considerablemente más agregado y complejo que el tipo utilizado para interpretar la fijación de los precios de las fresas de Arizona. Sin embargo, a pesar de esta variedad prácticamente todos los modelos económicos incorporan tres elementos comunes: (1) el supuesto de ceteris paribus (todo lo demás sigue igual); (2) el supuesto de que los agentes económicos que toman decisiones intentan optimizar algo; y (3) una clara diferenciación entre cuestiones “positivas” y “normativas”.
Como es el cado en la mayoría de las ciencias, los modelos utilizados en economía intentan describir relaciones relativamente sencillas. Un modelo del mercado de trigo, por ejemplo, puede intentar explicar el precio del trigo a partir de un número reducido de variables cuantificables, como el salario de los trabajadores agrícolas, la pluviosidad y la renta de los consumidores. Esta parsimonia en la especificación del modelo permite estudiar la fijación del precio del trigo en un marco simplificado en el que es posible ver cómo actúan las fuerzas específicas. Aunque cualquier investigador reconocerá que hay muchas fuerzas “externas” (enfermedades del trigo, cambios del precio de los fertilizantes o de los tractores, cambios de las actitudes de los consumidores al comprar pan) que afectan al precio del trigo, estas otras fuerzas se mantienen constantes en la construcción del modelo. Es importante reconocer que los economistas no están suponiendo que los demás factores no afectan al precio del trigo, sino más bien suponen que estas otras variables no cambian durante el periodo de estudio. De esta manera, se puede estudiar únicamente el efecto de unas pocas fuerzas en un contexto simplificado. Estos supuestos ceteris paribus (todo lo demás permanece constante) se utilizan en todos los modelos económicos.
La utilización del supuesto ceteris paribus plantea algunas dificultades para la contrastación empírica de los modelos económicos a partir de datos del mundo real. En otras ciencias, estos problemas no son tan graves dada su capacidad de realizar experimentos controlados. Por ejemplo, un físico que quiere contrastar un modelo de la fuerza de gravedad no lo haría tirando objetos desde lo alto del Empire State Building. Los experimentos que se contrastaran así estarían sujetos a demasiadas fuerzas exógenas (corrientes de aire, partículas en el aire, cambios de la temperatura, etc.) que no permitirían una contrastación precisa de la teoría. Por el contrario, el físico realizaría experimentos en un laboratorio, utilizando un vacío parcial en el que la mayoría de las demás fuerzas podrían ser controladas o suprimidas. Así, la teoría se podría contrastar en un contexto simple, sin necesidad de tener en cuenta todas las demás fuerzas que afectan a la caída de cuerpos en el mundo real.
Con unas pocas excepciones notables, los economistas no han podido realizar experimentos controlados para contrastar sus modelos. Por el contrario, los economistas se han visto forzados a utilizar diversos métodos estadísticos para controlar las demás fuerzas cuando contrastan sus teorías. Aunque estos métodos estadísticos son, en principio, tan validos como una serie de cuestiones espinosas. Por ello, las limitaciones y el significado exacto del supuesto ceteris paribus en economía ha sido objeto de una mayor controversia que en otras ciencias experimentales.
El Supuesto de ceteris paribus
Como es el cado en la mayoría de las ciencias, los modelos utilizados en economía intentan describir relaciones relativamente sencillas. Un modelo del mercado de trigo, por ejemplo, puede intentar explicar el precio del trigo a partir de un número reducido de variables cuantificables, como el salario de los trabajadores agrícolas, la pluviosidad y la renta de los consumidores. Esta parsimonia en la especificación del modelo permite estudiar la fijación del precio del trigo en un marco simplificado en el que es posible ver cómo actúan las fuerzas específicas. Aunque cualquier investigador reconocerá que hay muchas fuerzas “externas” (enfermedades del trigo, cambios del precio de los fertilizantes o de los tractores, cambios de las actitudes de los consumidores al comprar pan) que afectan al precio del trigo, estas otras fuerzas se mantienen constantes en la construcción del modelo. Es importante reconocer que los economistas no están suponiendo que los demás factores no afectan al precio del trigo, sino más bien suponen que estas otras variables no cambian durante el periodo de estudio. De esta manera, se puede estudiar únicamente el efecto de unas pocas fuerzas en un contexto simplificado. Estos supuestos ceteris paribus (todo lo demás permanece constante) se utilizan en todos los modelos económicos.
La utilización del supuesto ceteris paribus plantea algunas dificultades para la contrastación empírica de los modelos económicos a partir de datos del mundo real. En otras ciencias, estos problemas no son tan graves dada su capacidad de realizar experimentos controlados. Por ejemplo, un físico que quiere contrastar un modelo de la fuerza de gravedad no lo haría tirando objetos desde lo alto del Empire State Building. Los experimentos que se contrastaran así estarían sujetos a demasiadas fuerzas exógenas (corrientes de aire, partículas en el aire, cambios de la temperatura, etc.) que no permitirían una contrastación precisa de la teoría. Por el contrario, el físico realizaría experimentos en un laboratorio, utilizando un vacío parcial en el que la mayoría de las demás fuerzas podrían ser controladas o suprimidas. Así, la teoría se podría contrastar en un contexto simple, sin necesidad de tener en cuenta todas las demás fuerzas que afectan a la caída de cuerpos en el mundo real.
Con unas pocas excepciones notables, los economistas no han podido realizar experimentos controlados para contrastar sus modelos. Por el contrario, los economistas se han visto forzados a utilizar diversos métodos estadísticos para controlar las demás fuerzas cuando contrastan sus teorías. Aunque estos métodos estadísticos son, en principio, tan validos como una serie de cuestiones espinosas. Por ello, las limitaciones y el significado exacto del supuesto ceteris paribus en economía ha sido objeto de una mayor controversia que en otras ciencias experimentales.
gracias por la información, excelente dia.
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